domingo, 23 de junio de 2013

Este era un rey que tenìa...

Desmembrèmonos, desenredèmos, deshilachèmonos y quememos el lavarropas,
rompamos los focos, lloremos a rìos y ardamos eternos
mi tristeza se desdobla y se despliega como un cartelito olvidado en el fondo del bolsillo.
Desarmando mi origami magistral me encuentro, con la ùnica poesìa que existe, la ùnica que alcanzo, a tropezones recordar. Y estoy protegida bajo el brazo de la madre de las madres, de las tormentas y huracanes. Sus pelo cae en mis hombros, sin vinchas ni permanente de barrio. Me deja dormir hasta tarde sin sacar mi taza de la mesa, y siempre se las arregla para chantearme un poquito de crema.
Es el mensaje, es la lamparita despuès del cuento, que se apaga...ahì viene el beso. Buenas noches.
Te quiero